viernes, 26 de noviembre de 2010

Es simple, hay cosas que me joden.



Quería meter la cámara adentro de la paella, esos langostinos casi que me hablaban...hipnotizada no podía parar de mirar.
Es extraño lo que me pasa con esos bichitos, porque en general no puedo comer nada que tenga los ojos ahi, observandome en este caso desde el mas lejano océano del mas allá, donde todos los mariscos y moluscos que fueron buenos con su familia descansan en paz.
Bueno estoy lista, no me importa nada, quiero comerlos con las manos sin ayuda de ningún utensilio creado por el hombre. Quiero acercarlos a mi cara, sentir el aroma, ensuciarme las manos, que chorree el jugo de esos bichitos exquisitos por mis dedos.
No conseguiamos mesa y el corazón que se me aceleraba. Siempre fui iracunda, y algunas cosas como estas, sin aparente complejidad me hacen transpirar las manos y apretar los dientes...y peor si tengo hambre!
El mercado con sus puestos estaba más animado y vivo que nunca, pero también llenísimo de turistas. Gente hablando en todos los idiomas y en el caso yanki, gritando obviamente. Ay como me molestan esos yankis se creen dueños del mundo! Bueno, avisé que estba de mal humor, che.
Ya empezaba a impacientarme del todo, hasta que a él se le ocurre ir pidiendo una cerveza. Helada, en vaso de vidrio, servida tirada..y todo alrededor se calló. Silencio absoluto, paz e inmensa felicidad...Después llegaron los mariscos y ya el éxtasis fue completo. Sonrío, y hecha una seda, estoy lista para seguir caminando.

martes, 5 de octubre de 2010

De como la esencia nos subyace



Ellos con cincuenta años de casados y una vida feliz por momentos (más no existe, no jodamos) decidieron ir al museo movidos por esas ganas de no volverse chatos, de que el tiempo no les quite la capacidad de ver y disfrutar de una buena pintura. Siempre compartieron ese amor por el arte pictórico pero ahora también comparten ese miedo a la pérdida de sus capacidades intelectuales. Algunos amigos, un par de hermanos más grandes y ni que hablar de sus padres, están ya todos muertos.
Hoy, con sus hijos grandes, ya nadie más depende de ellos (más que el uno del otro). Ninguno quiere morir último, porque al fin y al cabo quedarse sólo es peor que la parca misma. Y el amor que se profesan no puede con eso.
Se sentaron a observar el cuadro, él absorto en vaya a saber uno qué... Con la mirada melancólica, de repente empieza a hablar de una casa de su infancia, de sus perros que están en el patio. Del olor a asado..
Ella asustada: - Viejo, qué decís che?!
- Nada, que extraño eso. No es demencia es sólo mi tango que suena fuerte.

lunes, 30 de agosto de 2010

La caja de las llavecitas


Heredó ese mueble del abuelo, que lo tenía como una reliquia en el lugar central de su living. Cada vez que íbamos a esa casa fantaseabamos y fabulabamos miles de historias.
Eramos en total cinco primos y al final, el abuelo (no sabíamos bien en ese momento por qué) se lo dejó a Tomás. Yo estaba contenta porque mi abuelo, que era un tipo muy sensible y perceptivo me había dejado su colección de libros de papel biblia. Todos los clásicos de la literatura, sabiendo que la lectura es mi refugio.
Tomás llevó "la caja con llavecitas" (asi le deciamos de chiquitos) a su casa y decidió ponerla en el vestíbulo.
Siempre fue un misterio el orden de los números, que van correlativamente hasta encontrarse de repente, por ejemplo, con un 182 entre el 150 y el 152. Pero se nos presentaba una incógnita aún mayor con respecto a los casilleros abiertos y a los cerrados. Mi abuelo tenía una bolsita de tela donde conservaba todas las llaves, salvo dos: justamente las que abrian el casillero 180 y el 182. Mi abuelo decía que cuando lo compró en una feria, el vendedor le dijo que no las tenía.
Tomás se empecinó en querer abrirlos y consultó a un cerrajero. Éste le dijo que de ninguna manera iba a arruinar un aparato tan antigüo y se fue así nomás.
Entonces, mi primo empezó a llenar los demás compartimentos con cositas, chucherías. Uno contenía flores secas, en otro unos anillos que pertenecían a la abuela, en otro una lapicera que le regalaron cuando terminó el secundario. También tenia en otro casillero un pañuelito negro que compró mi tía cuando murió el abuelo, en otro un escarpin de su hijita..
Pasó un tiempo, y Tomás hablaba una y otra vez de sus ganas de abrir los casilleros trabados. Los primos compartíamos esa curiosidad pero en Tomy parecía transformarse en desesperación. Tanto, que cada vez que hablabamos del tema, transpiraba, agitaba sus manos y un temblor incesante lo invadía.
Fue entonces cuando decidió abrirlos a la fuerza. Con la ayuda de una herramienta comenzó a golpear la pequeña cerradura tratando de abrir el 180. Tanto golpeó que logró abrirlo.
Acercó su cara y espantado pegó un salto hacia atrás. Cucarachas y arañas salieron en todas direcciones, junto con un olor nauseabundo.
Ya había llegado hasta ese punto y no quería retroceder, tenía que abrir el otro.
Empezó a golpear, y éste ofreció más resistencia. Golpeaba y golpeaba..Hasta que por fin cayó la cerradura al piso. Adentro, una notita de puño y letra del abuelo que decía: "Tomy, decidiste desenterrar tu infierno, tus miedos, tus límites. Esa culpa que tiene un olor insoportable, que está llena de bichos, tiene que ser curada de una vez por todas. Es tiempo de pedir perdón".
Al contarnos la historia, Tomás lloraba desconsolado. Al fin dijo: "El abuelo, tan sabio, me mandó ese mensaje. Esa culpa a la que se refiere en la nota tiene que ver con mi pasado, con la estafa a mi socio y amigo de toda la vida. Ante la quiebra irremediable de la empresa, yo me quedé con cosas de ambos. Ya no se que es realidad y que es sueño...Sólo se que esa caja es mi cabeza."

viernes, 13 de agosto de 2010

La feria



El día estaba cálido y diáfano, y yo que caminando por una feria de antigüedades y ropa, iba totalmente absorta en mi mundo. Mi cabeza le daba vueltas y vueltas al mismo asunto, y me sentía ya en ese punto atrapada como en un laberinto. Eso que te conté el otro día, te acordas?? Bueno, seguía sin ver la respuesta.
Mi actitud, si me hubieras visto en ese momento, era de indiferencia total. Viste cuando vas caminando así, y sí, sacaba algunas fotos pero mi mirada estaba perdida, solo apuntaba al horizonte. Rodeada de gente, sin embargo, estaba sola. Te pasa?
Prendo otro cigarrillo y decido sentarme un poco. Ahi justo enfrente del banco habia un puestito con mucha ropa, y un perchero. Éste el de la foto, ves los colores? Preciosos.
Ahi nomás mi cabeza dejó de lado esos fantasmas y encontré la salida que estaba esperando...simplemente respirar, relajarme y saber que mi cabeza me traiciona, me enrosca e intenta asfixiarme como una serpiente gigante, fue suficiente para hacerla desaparecer. Quizás no llegue a solucionar el tema o si, por ahora me concentro en los colores.

lunes, 19 de julio de 2010

Chipirones salteados


El mediodía en el Mercado de la Boqueria, en Barcelona es agitado. Los fines de semana crece el número de personas dando vueltas, comprando, mirando las verduras, pescados, especias, fiambres y demás exquisiteces.
Hay un restaurant ahí mismo, en una esquina del mercado donde se pueden comer mariscos y tortillas. Nos sentamos luego de esperar un poco (hay que avisarle al "capo" quien te pregunta cuantas personas y sin anotar nada, recuerda el orden de llegada y ni bien se desocupan lugares, hace una seña desde lejos para que te sientes).
El griterío es intenso y solo trabajan hombres. Cada uno tiene una función; el que está en la plancha cocinando los mariscos, el que sirve las bebidas, el que sirve el café, etc. Todos vestidos de blanco, limpios e impecables.
Sentados en la barra pedimos una cerveza y un plato de marsicos y uno de setas (hongos) saleteadas. El sabor de los bichitos, (bien frescos) más el de los hongos, salteados tan simplemente con aceite de oliva y perejil y ajo, explota en la boca.
Al lado nuestro, dos hombres grandes (de unos 65 o 70 años) piden una cerveza y en plena charla piden sus platos. Sin quererlo, me quedo escuchando su conversación ayudada por el alto tono de la discusión. Eran amigos segurmente y charlaban y discutían sobre un pariente de alguno que se habia portado bastante mal con la familia del otro amigo, un lío de plata...
La conversación estaba cada vez mas alta cuando, el mozo apoya el plato en la barra, diciendoles: su plato! Los dos callados miraron el plato y comenzaron a comer. No volvieron a hablar del tema y empezaron a reir y a brindar varias veces.
Al terminar, se despiden con un abrazo, y cada uno toma su camino. El señor mas bajito se da vuelta y le grita: amigo! déja que eso lo resuelvan entre ellos! Nos vemos el sábado que viene.

martes, 8 de junio de 2010

Mi Argentina querida..



Mi ausencia por estos lados se debió a unas esperadas vacaciones por el viejo mundo...Ando preparando un post con alguna fotito de las tantas que saqué...pero este es mi homenajito al bicentenario, festejo que me perdí lamentablemente.
Viva la patria!

lunes, 3 de mayo de 2010

Ensayos de percusión


Hace unos meses empecé a estudiar batería. Siempre tuve ganas de hacer algo de música, y si bien me sentía incapaz, decidi lanzarme a la aventura y arriesgar mi autoestima, orgullo y voluntad. Todo eso significaba empezar a golpear tambores.
Es algo extraño lo que pasa con “hacer música”. Es un espacio de concentración, de meditación… porque al entrar ahí, una dimensión nueva se me presenta, donde no existe el trabajo, problemas ni dilemas existenciales. Todo se resume a intentar que algo suene bien (o no demasiado mal).
Siento los golpes adentro mío y los órganos bailan al compás. El alma se me ensancha pero ni me importa…la música me invade..y siento mi cara sonreir.

viernes, 23 de abril de 2010

Iluminación


Sentado observa la perfección que logró el levado. El aroma inunda la cocina y se extiende hasta el resto del local. El perro, desde la puerta mueve la cola esperando aunque sea un pedacito, y sonrie. Apaga finalmente el horno que ya logró calentar este invierno.
Por un rato el mundo no existe, todo se detiene o sigue, pero a él no le importa. Sirve el vino en la copa de cristal, y el sonido le llega hasta la corronilla extiendiéndose un mínimo instante. Todavía caliente, elije uno de los panes y lo parte en dos.
La felicidad se hace inmensa, y piensa en lo que vale su trabajo. Hoy, él como los clientes disfrutarán del pan que con sus manos cocinó. Hay algo que no cambia con el paso del tiempo… y es la necesidad de comer, de alimentarse para seguir viviendo. Él lo sabe y su llegada a este mundo de repente se encuentra justificada con este producto.
Toda la vida buscando y pensando, sientiéndose poca cosa, matándose por lograr unos pesos más…Todo eso quedó ahora atrás.
Junta sus cosas y cierra la cortina metálica. Luego de convidar al perrito, salen los dos caminando por San Telmo. Al llegar a su casa vacía, extraña a su mujer y acaricia su retrato. Mira a su compañero canino...Ya puede irse tranquilo.

lunes, 19 de abril de 2010

El recuerdo de la brisa


Un fresquito típico de las siete de la tarde corre y mueve las copas de los árboles. Mirando al horizonte, esas nubes de colores, las sierras a lo lejos, entro en estado meditativo. Luego, cámara en mano empiezo a buscar la imágen. Contrario al instante previo, busco el detalle en la estaca que sostiene el alambrado. El contraste con el fondo y el límite que impone me maravillan.
Hoy lo que recuerdo es aquel paisaje, el fondo, nitido en mi cabeza, que aparece difuminado en la foto.
Es bien sabido que uno recuerda ciertas cosas y otras decide dejarlas en algún recondito espacio dentro (o fuera) de la cabeza. Mis pensamientos se remontan en un 90% a cosas felices..lo malo queda atrás y el único alambrado que me ayuda es la mente.

miércoles, 7 de abril de 2010

Transformación



Es un domingo soleado y me desperté inquieto. Me picaba todo el cuerpo.
Necesité salir de mi casa, así que agarré mi libro (últimamente la literatura fantástica me tiene fascinado) y salí.
Fui al bar de siempre porque ahi sirven ese café con leche enorme y además, ya me conocen. Que me saluden por mi nombre, en mi barrio, me despierta una felicidad que no se a qué atribuir...los grupos de pertenencia, la identificación con ciertas cosas...en fin..
Me siento en mi mesa preferida. Ésa al lado de la ventana por la que entra el sol calentito y tímido del otoño.
Inmerso en otro mundo, donde los hombres y mujeres tienen formas de insectos, pienso en lo simbólico del texto. Habla de guerras donde se comen unos a otros y donde el más grande a veces pierde por tonto...las mínimas hormigas trabajan juntas para devorar al cienpies.
La búsqueda de trabajo me provoca una migraña insoportable y meterme en este mundo me alivia. Además nunca fui muy sociable y siento que mis amigos tienen esa mirada juiciosa todo el tiempo. Lo se porque puedo sentir esa presión.. ese cuchillo filoso que traspasa mi carne cada vez que los veo.
Los clasificados al costado me esperan, pero no quiero..
De repente una mariposa marrón (o polilla, ya que no merece tan precioso nombre) entra y se queda inmóvil en el diario..lenta empieza a comer la hoja. Con una velocidad voraz termina con cinco centímetros de papel. El espectáculo me maravilla y sin querer muevo la silla donde estoy sentado, asustando a la polilla que huye por la misma ventana.
Al mirar el periódico veo que asoma la hoja de debajo del agujero, con un cartelito: "Necesito empleado para librería. Acercarse a "La Metamorfosis" San Juan 237. Traer libro favorito bajo el brazo: excluyente."

miércoles, 31 de marzo de 2010

Respirar...


Sentarse, respirar hondo...Mirar el paisaje, tocar la tierra.
Meditar..parar tanto ajetreo diario..y sonreir.

Esta foto no la saqué yo.

viernes, 26 de marzo de 2010

Parálisis



Ya me alcanzó la noche y todavía no tengo la respuesta. Quiero dormir, pero no puedo. Quiero que el tiempo pase rápidamente o se quede estancado, lo mismo da.
No quiero el presente, este estado me está matando por dentro..Siento un bicho que de a poco se come mis entrañas, mis pulmones, y luego los escupe adentro para provocarme más daño aún.
Voy hacia la lámpara y la enciendo con la intención de seguir leyendo mi libro. El párrafo una y otra vez, y por alguna razón no puedo salir de eso. Cierro el libro y me quedo estúpida mirando esa lámpara, no pienso en nada. Queriendo tocarla me quemo pero el dedo sigue inmovil apoyado en el hierro ardiente…como si disfrutara de ese momento...
Y otra vez pienso en esa respuesta que no llega. Siempre me molestó ese estado interrogativo prolongado. Se me hace mediocre.
Apago la luz y me quedo dormida..

lunes, 22 de marzo de 2010

L´horloge arrêtée


El tiempo se detuvo y la gente alrededor, inmóvil. Yo sentía que mis movimientos estaban congelados y sólo podía mover mis ojos para desviar la mirada. Haciendo un esfuerzo enorme, logro mover una pierna y luego la otra. Como pegando un salto me salí de la posición en la que estaba.
Aproveché mi libertad y estando en la calle, de día, empecé a caminar sin rumbo definido. Pasé por la puerta de un bar típico porteño que tenía un reloj, que por supuesto no se movía.
Matando mi cabeza a posibilidades, desconcertada, me di cuenta que sólo podía pensar en francés. Seguí caminando y me dirigí a la Plaza de Mayo. Luego el Cabildo y la calle Florida. Mucha gente suspendida en el tiempo y trabada en el espacio.
De repente me sentí muy sola, rodeada de gente muerta en vida y yo sola moviéndome, odié mi egocentrismo…
Cuando era chica esta situación aparecía en mi cabeza y el destino obligado era una jugueteria. Agarrar todos esos juguetes que no tenía y usarlos hasta el cansancio. Ahora finalmente estaba en ese sueño, y la desesperación se hizo cada vez más aterradora..El sudor corría por mi cuerpo y huir se me hizo imposible.
El cielo de repente empezo a moverse, las nubes volaban en sentido sudoeste y pronto estaba todo nublado. Qué hago si llueve? Cómo hago para proteger a toda esta gente que quedo a la intemperie? Las lágrimas empezaron a brotar como una canilla abierta y mis manos calientes, temblaban.
Agarré mi cabeza con fuerza y grité lo más fuerte que daban mis cuerdas vocales. Y así, como en un segundo (el tiempo siempre fue un concepto abstracto) desperté, sentada en la cama.
Desesperada miré al costado y ahí estabas. Mi corazón se desaceleró y sonreí contenta de saber que aunque el mundo se detenga, estas ahí, al lado, sereno, abrazándome.

Gracias morocho por existir.

miércoles, 10 de marzo de 2010

Limpiezas


Acá estoy, sentanda e intentado sacar la mugre que está tan pegada, que parece parte de mi esencia. Intento rasparla, enjabonarla, enjuagarla..y sigue ahí adherida, asimilada. Quizás tenga que aprender a convivir con ella en vez de tratar de limpiarla. Quizás hay cosas que no puedo cambiar. Quizás nací con ella y no como imagino, la fui adquiriendo con los años.
Y de nuevo raspo, raspo...nada. Sigue ahí y me recuerda mi mediocridad, mis límites.
Disfrazada a veces de buenas intenciones subyace acechándome.
Me asusta, me domina...y raspo y raspo.

lunes, 1 de marzo de 2010

Amo los mercados



Los mercados tienen eso de la abundancia, de los colores y aromas.
En algún punto hay cosas que a pesar del tiempo, permanecen intactas: las transacciones en los mercados, la compra de alimentos….y su exibición.
El mundo sigue girando (pasan cosas), catástrofes naturales, la Tierra se queja y llora. La manipulamos, la usamos, y tiramos los restos en su superficie… Producimos, fabricamos y expulsamos gases negros y repugnantes al cielo. Talamos árboles y la lista sigue, interminable.
La tecnología nos exige renovarnos cada dos años o menos, con aparatitos que quedan “viejos”. Las computadoras hacen más cosas y nos atrapan frente a ella cada vez más tiempo.. Nos volvemos estúpidos, menos sociales y obvio más individuales.
Mientras tanto los mercados siguen ahí, en el barrio, en los pueblos, intactos, con sus productos y sus vendedores atemporales. Amo los mercados.

viernes, 5 de febrero de 2010

Omnipresente


Desde arriba, con su dedo índice bien erguido, los evangelios bajo el brazo. Esto sí, esto no, porque es pecado. Pecado? Sí, con dos padre nuestros ya estás.
Escalofrios me corren cada vez que recorro alguna iglesia…arquitectura imponente, de represiones y santos no tan santos.
Y recuerdo a mi madre casi prohibiéndome tomar la comunión a esa edad…cuando era tan chiquita que no entendía para que sirven las religiones (algunas cosas si son permamentes, o quizás es que no entiendo nada).
“Algún dia, cuando seas grande, habiendo leido mucho, quizás elijas esta religión, pero sos muy chica”. Ella tan sabia, tan mamá. Es una de las cosas por las que le agradezco día a día.
Hoy habiendo leído mucho, me simpatiza el budismo, pero no me considero budista. Los rótulos suelen molestarme, imponen límites de pensamiento y de acción.
Los años pasan, la vida da vueltas, me samarrea, me lleva, me trae y mi Dios sigue siendo el Sol.

lunes, 1 de febrero de 2010

Manejando el destino


Fascinada con este espectáculo en el medio del caos de la calle Florida, saco fotos como loca para poder trasladar ese momento a algo eterno. A algo palpable que después me recuerde ese instante.
La gente pasa, camina, corre apurada y algunos (en general niños) quedan como estupefactos ante ese muñequito que se mueve y baila según su creador asi lo decida.
Eterna pregunta sobre el destino o el libre albedrío…Porque ese muñequito suele ser nuestros brazos, nuestro corazón y nuestra mente.
Miro fijo y pienso en la belleza de ese acto. No puedo evitar abrir los ojos y la boca y sonreir ante sus movimientos payasescos.
A veces me vendría bien un titiretero que me guíe en ciertas decisiones, y despues me acuerdo que soy grande y tengo que hacerlo sola..
Las deciciones sobre cualquier hecho irrelevante pueden provocarme mucho desconcierto y otras veces casi ni pienso en los pros y contras. Quisiera poder dejarme sentir siempre y seguir esas pulsiones..pero quizas soy muy “grande” para eso y es ahí cuando se me hace inevitable añorar mi infancia o esos momentos en los que me abandono completamente a mi propia voluntad..

miércoles, 27 de enero de 2010

lunes, 25 de enero de 2010


Como desde una jaula miro las vias…El pulso se me acelera y achino los ojos para ver lo más lejos posible como si eso me llevara hasta allá. Mis dedos apenas caben por entre las rendijitas. Me agarro, miro y suspiro.
Hasta acá llegué. O puedo intentar romper la reja o buscar otro camino alternativo.. Las posibilidades que al principio no se dejaban ver, ahora desfilan por mi cabeza.
Decido entonces encontrar la manera y me doy cuenta que una escalerita me lleva ahí abajo, a las vías..al tren. Estaba al lado mio siempre pero cuando la veo, las ganas de ir desaparecen y la sensación de estar apresada se esfuma.
Al fin y al cabo es la sensación de imposibilidad la que marca un limite…la conversión en realidad posible me recuerda que puedo hacer lo que quiera, y sigo caminando...buscando más imágenes fotografiables.

martes, 19 de enero de 2010

Meditaciones intrascendentes


Un atardecer en la playa (que imagen tan usada). ¿Será que el atardecer junto con el mar, las vacaciones y el mar conforman un bouquet orgásmico? Creo que si.
En mi caso, estar tan lejos de casa acrecentó la sensacion de completitud profunda...como si hubiera necesitado irme para ver las cosas más claras.
De repente unos chicos jugando, corriendo, con camisetas de fútbol y sonrisas eternas. Quizas con ayuda de otras yerbas mi cabeza iba muy lentamente de un pensamiento a otro. Desde el futbol en los chicos, la vida de niño sin preocupaciones, el horizonte como no limite y el sol todopoderoso. No soy muy creyente que digamos y las “cosas naturales” suelen volverme loca de alegría. Loca y al mismo tiempo tremendamente tranquila.
Meditativa y asi sin darme cuenta…entiendo todo. Todo lo que necesito entender…

viernes, 15 de enero de 2010



Hoy estoy más porteña que otras veces...Y es que enero en Buenos Aires es lo más lindo que hay. Hay pocos autos, menos bullicio, menos acelere. Las calles están llenas de arboles frondosos, los colores explotan y el aire parece mas liviano.
Ésta foto la saque en invierno, pero me representa mucho mi ciudad.

Y el gran Astor que con su genialidad y virtuosismo forma parte de todos nosotros.

Disfrútenlo!

miércoles, 13 de enero de 2010




Como hoy es mi cumpleaños me regalo (nos regalo), este poema de don Julio Cortázar...
Genio de genios


Antes, despuÉs...

Como los juegos al llanto
como la sombra a la columna
el perfume dibuja el jazmín
el amante precede al amor
como la caricia a la mano
el amor sobrevive al amante
pero inevitablemente
aunque no haya huella ni presagio

aunque no haya huella ni presagio
como la caricia a la mano
el perfume dibuja el jazmín
el amante precede el amor
pero inevitablemente
el amor sobrevive al amante
como los juegos al llanto
como la sombra a la columna

como la caricia a la mano
aunque no haya huella ni presagio
el amante precede al amor
el perfume dibuja el jazmín
como los juegos al llanto
como la sombra a la columna
el amor sobrevive al amante
pero inevitablemente...

jueves, 7 de enero de 2010

Patas para arriba



Quiero cambiar mi perspectiva de vez en cuando. Pies arriba, tatuaje en alto.
Y todo depende del punto de vista, entonces cambiarlo asiduamente es buen ejercicio. Pone sobre la mesa miserias y diablos internos. Esos diablos que me recuerdan mi oscuridad sombría. Ver desde abajo, dejando decrecer mi jerarquía ante ellos.
Que me dominen, se apoderen de mi y me muestren un camino alternativo…sólo para elegir con una determinación absoluta y definitiva.
¿Que sentido tiene decidir sin dudar y sin tener en cuenta los demonios?

martes, 5 de enero de 2010

Sabiduría huichola





"Hay quienes tenemos alguna enfermedad física, del alma o del corazón o simplemente no hemos podido encontrar nuestra vida. En este desierto viviente y mágico, confín del mundo, el Venado Azul se nos revelará para encontrar nuestra vida, él nos enseñará, él será nuestra medicina. Una maximización del espíritu nos conducirá hasta el punto de la transformación temporal en transición a la exaltación espiritual, para encontrar las fuerzas del equilibrio. Esa capacidad inefable para aventurarnos sin temor en el angosto puente a través del gran abismo que separa el mundo ordinario del mundo del más allá. Para lograr estas fuerzas del equilibrio debemos vencer nuestros miedos, quitar los malos pensamientos de nuestros corazones y unirlos. Los peregrinos debemos de estar limpios de todo mal de sentimiento, debemos de regresar al periodo de la vida en que éramos inocentes, antes de que fuéramos adultos, mundanos, ya que a esta tierra madre venimos a nacer. El pasar de este mundo al más allá podremos hacerlo, porque al recibir el Venado Azul, dejaremos de ser ordinarios, seremos transformados. Pero hay que recordar que es solamente temporal porque somos solamente hombres y mujeres y no dioses"