lunes, 22 de marzo de 2010

L´horloge arrêtée


El tiempo se detuvo y la gente alrededor, inmóvil. Yo sentía que mis movimientos estaban congelados y sólo podía mover mis ojos para desviar la mirada. Haciendo un esfuerzo enorme, logro mover una pierna y luego la otra. Como pegando un salto me salí de la posición en la que estaba.
Aproveché mi libertad y estando en la calle, de día, empecé a caminar sin rumbo definido. Pasé por la puerta de un bar típico porteño que tenía un reloj, que por supuesto no se movía.
Matando mi cabeza a posibilidades, desconcertada, me di cuenta que sólo podía pensar en francés. Seguí caminando y me dirigí a la Plaza de Mayo. Luego el Cabildo y la calle Florida. Mucha gente suspendida en el tiempo y trabada en el espacio.
De repente me sentí muy sola, rodeada de gente muerta en vida y yo sola moviéndome, odié mi egocentrismo…
Cuando era chica esta situación aparecía en mi cabeza y el destino obligado era una jugueteria. Agarrar todos esos juguetes que no tenía y usarlos hasta el cansancio. Ahora finalmente estaba en ese sueño, y la desesperación se hizo cada vez más aterradora..El sudor corría por mi cuerpo y huir se me hizo imposible.
El cielo de repente empezo a moverse, las nubes volaban en sentido sudoeste y pronto estaba todo nublado. Qué hago si llueve? Cómo hago para proteger a toda esta gente que quedo a la intemperie? Las lágrimas empezaron a brotar como una canilla abierta y mis manos calientes, temblaban.
Agarré mi cabeza con fuerza y grité lo más fuerte que daban mis cuerdas vocales. Y así, como en un segundo (el tiempo siempre fue un concepto abstracto) desperté, sentada en la cama.
Desesperada miré al costado y ahí estabas. Mi corazón se desaceleró y sonreí contenta de saber que aunque el mundo se detenga, estas ahí, al lado, sereno, abrazándome.

Gracias morocho por existir.

5 comentarios:

mujerdeole dijo...

A esos abrazos no hay con qué darle...
Un abrazo quemero, que no viene mal cada tanto.

Nanu dijo...

nunca viene mal mujer..

Marco dijo...

Y uno de oso?

Nanu dijo...

tambeim!

Juan Paronetto dijo...

Muy hermoso!.